
Si un día ves un mirlo cantando en la ciudad
si las aguas del río de siempre transcurren pacíficas y refulgentes
si las nubes te envuelven con su algodón ligero
si unas manos sostienen un cuerpo que se consume dolorido
Si un día la luz atraviesa atrevida por las vidrieras de colores
y crea una atmósfera de cuento
si un día las lágrimas caen en una despedida
si un día la fuerza de tus brazos abraza la pena de tu compañera
Si un día el amanecer es precioso,
si el mediodía llama a zambullirse de aire libre
si las montañas y los bosques esperan tus pasos escondidos
si las miradas infantiles lo saben
si las miradas ancianas lo saben
Si un día descubres en mi mirar un destello de luz
un brillo especial en los ojos
una belleza impregada en la piel, más allá de sus pliegues
que sepas que nada de ello es mío
que soy mirlo, nube, montaña y bosque
que hoy estoy y mañana no estaré
y la vida seguirá
si Dios quiere.
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