
Fotografía y texto: Susana Aragón Fernández
Chiquitito, con formas tiernas, redondeadas, de cachorro. Chiquitito, te veo creciendo y fortaleciéndote, en las despedidas diarias en el patio del colegio. Ahí, por el camino que sube a la zona de Infantil. Chiquitito y con tu carácter bien marcado, con tus ojos descubridores y tus manos enredadoras. Pisando el suelo con la fuerza de quien se sabe querido, confiando en la bondad de lo que le rodea. Chiquitito, decidido, disfrutando de cada piedra, de cada palo encontrado….
¡Cuántas veces después de la despedida, cuando ya estaba a punto de perderte de vista, de repente volvías la cabeza hacia el punto donde sabías que yo estaba y saludabas con tu chamarra azulada, con tu mano entusiasta, cariñoso, desde lo alto de la rampa!
Hoy, según costumbre familiar, no coges el ascensor y bajas por las escaleras como un caballo salvaje: es tu último examen en la universidad. Un cuerpo vigoroso y joven y un alma tierna que mantienes escondida y protegida. Sabes que te sigo mirando marchar, primero desde la puerta, luego desde la ventana, entre las flores. Quiero rodearte de bendiciones y pido apoyo a los que se fueron y nos quisieron para que te acompañen y que tu vida siga libre, ilusionada y tu alma llena.
“¡Oh, dulce huésped del alma, ven!”.
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Precioso Susana sensibilidad y amor a flor de piel. Gracias por crear algo tan bello.
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Muchas gracias, Ana, por tu comentario y por tu valoración. Ambas amamos la belleza y la sensibilidad . Eso es algo que nos une. Un gran abrazo.
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