
Un día, un malestar,
otro día, una desgana,
otro, algo parecido al desinterés
otro día, el reto ya no es reto
las ganas ya no son ganas
el entusiasmo que se desvanece
sin un porqué
sin la menor explicación
Por la esquina pasa fugazmente una sombra
en la noche, un aldabonazo
un leve brillo fugaz ¿de una guadaña?
se clava en el alma
el peso del techo que se derrumba
cuando suena la palabra prohibida: cáncer
Y comienza la construcción de la fortaleza
los recios sillares de la protección
que apartan todo lo que sobra:
la distracción, el hablar de más, el tener que contar,
las buenas intenciones
los duros pedruscos que recogen y guardan el tesoro,
bello, desnudo, atravesado,
que guardan el calor de la hoguera,
que reservan la esperanza en medio de la tormenta,
entre las sombras
esos grandes bloques, fieles guardianes,
resistentes al dolor, al frío, a la soledad
La fortaleza para despedir al ser imprescindible
al amor de una vida,
a la chispa de la vida transmitida
verdes pinos, altas cumbres, tierra dulce
adiós dolorido, adiós
(In memoriam Santi)
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