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Lo leí en un momento muy especial de mi vida, a los 65 años me operé de hiperhidrosis palmar lo que sufrí mucho todos esos años, vuelvo a empezar soy más feliz q antes deseo q esto sea para otras personas lo q me resultó a mí un renacer
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¡Qué bueno que estés ahora mejor, Mónica! Y qué bien que los dolores sean superados dando paso a una mayor felicidad. ¡Gracias por compartir!. Un abrazo. Susana
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Precioso… y muy cierto. Nos esforzamos por borrar arrugas y cicatrices, olvidando que son los auténticos «galones» de capitán en nuestras vidas… Aprendamos a repararlas con oro!! Gracias por compartir, Susana
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¡Gracias por tu comentario, Arantza! Es curioso lo que encierran las heridas: dolor, reparación, cuidados, dedicación, aprendizaje, fuerza… En el recipiente de las grietas de oro, se ve claro que la parte más dura, más resistente es precisamente la del oro, la cicatriz. Un abrazo.
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