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Texto: Susana Aragón Fernández
Cada mañana Paula se levanta y se prepara su café descafeinado con leche desnatada y en las tostadas pone un poquito de margarina y mermelada de melocotón sin azúcar.
Al salir de casa, en las cercanías del portal está su vecina Karina con el perro. Sabe q le han operado recientemente y le gustaría preguntarle qué tal está, pero no tiene tiempo porque si se entretiene llegaría tarde al trabajo.
En la villavesa (*) hoy ha cogido asiento y va entretenida mirando las páginas de ropa de Internet, pensando en comprarse algo para esta temporada. En un momento se da cuenta de que su vecina de asiento, bastante mayor que ella, acaba de ceder el asiento a una mujer embarazada y siente que debería haberse levantado ella pero… ya se ha pasado la ocasión. “No es pada tanto, no me había dado cuenta…”, se dice, intentando convencerse.
En el trabajo llaman para avisar que la mujer de Jaime ha tenido un accidente. Éste sale a toda prisa y la jefa pide dos voluntarios para ocuparse de dos asuntos de los que iba a ocuparse Jaime. Paula permanece en silencio a la espera de que alguno de los otros se arranque. Sabe q es trabajo extra y nadie se lo va a agradecer, como no sea el propio Jaime. “Además tengo clase de zumba y seguro que el encargo me obliga a alargar mi jornada!”. Sus compañeros, Iñaki y Tina salen voluntarios y ella respira aliviada por dentro. En el rato del descanso su compañera Inés le da un pequeño detalle que ha traído de su último viaje. Va envuelto y lo mete en el bolso con idea de abrirlo más tarde.
Al salir del trabajo, de nuevo ha conseguido sentarse en la villavesa y aprovecha para leer y responder al montón de mensajes de wasaps que encuentra. Con cierto fastidio ve que en la fila de al lado un señor que luce sus buenas canas ha dejado su asiento a un señor que iba con muletas. Mira la escena de reojo y vuelve a su pantalla un tanto molesta “¡otra vez!”
¡Hoy es el cumpleaños de mi hermana Bea!, piensa. “Podría ir por la tarde a su casa a felicitarle…!”. Pero al momento cambia de idea. “Casi mejor le felicito por wasap y así me libro de las gracias de mi cuñado y de toda la familia política!”. “Felicidades! Y unos cuantos emoticonos y a correr!”. Va a clase de zumba y después, de nuevo en casa, cena cualquier cosa con pocas calorías, que para algo está cuidando su línea. Se enfrasca en el ordenador y chatea un poco con William, al que ha conocido hace unos meses por Internet y del que cree estar totalmente enamorada. Están pensando en llegar a verse, de quedar algún día en algún lugar intermedio.
Para terminar el día, vacía el bolso para llevar mañana uno nuevo y encuentra el detalle envuelto de su compañera Inés. Lo abre y encuentra una cajita de bombones. Prueba uno y… no cabe en sí de decepcion: ¡bombones de sucedáneo de chocolate!. Y muy indignada dice en voz alta: ¡a mí me gustan las cosas auténticas! Y con mucha rabia lo tira directamente a la basura “¡Qué asco de sucedáneo!”.
(*) Villavesa: autobús urbano, según se denomina en Pamplona (Navarra) y su comarca.
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Saludos, Susana. Como la vida misma… qué pena dan (damos) cuando entramos en fases como éstas. Un abrazo. Mikel
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¡Hola, Mikel! ¡Ojalá nos demos cuenta de las cosas que nos están limitando para vivir más «enganchados» a la vida!
Un gran abrazo y mil gracias por tu comentario.
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¡Gracias por los ánimos, Lourdes! Gracias por mirar con tan buenos ojos lo que escribo. Un abrazo.
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Me gustado muchísimo, Susana. Te animo a seguir escribiendo y a dejarnos ver esa mirada tuya tan especial.
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Es verdad Susana, a veces la vida se nos va mientras pasa delante nuestra. Siempre estamos preocupados por otra cosa. Que bueno sería el aprendizaje de estar atentos a la realidad de lo que sucede cada momento, y a vivir agradecidos. Y luego, nuestra exigencia de autenticidad cuando a veces nos conformamos con sucedáneos…!
Gracias por darnos pistas para vivir más atentos. Un abrazo
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Cierto que tenemos alrededor mil y un estímulos…. muchos de ellos nos impiden darnos cuenta de pequeñas cosas que nos darían mucha vida. ¡Gracias, Angelines, por tu comentario y por compartir tu reflexión!
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