Nunca pasa nada

Foto de Erik Dungan en Unsplash Texto: Susana Aragón Fernández

Hay días en que ves solamente el punto negro perdido en la hoja en blanco

el humo de un autobús urbano que te impide ver los brazos extendidos de los árboles

la altura de los edificios que tapa el brillo de la luna y la noche estrellada

los ruidos de los vecinos de butaca que te impiden disfrutar de una obra maestra

la molestia ante el chisporroteo de los niños, incapaces de poner una puerta entre su pensamiento y sus palabras

Hay días en los que se cuela la protesta y crece la cresta guerrera de la reivindicación, incluso en los detalles más nimios

y las palabras se llenan de queja y pesar, una dicción turbia y precipitada

la acidez y la amargura apartan la mirada amplia, dulce y sabia

desaparece la mirada pacífica de la planta bien enraizada

la calma del tallo y las hojas de raíces profundas y bien hidratadas

y el aroma que desprendes es de sudor acumulado, tensión rancia y calcetines usados

Entonces… ha llegado el día de darse un baño, desnudarse, calmarse

respirar y dejar que las raíces vuelvan a humedecerse en la Fuente clara

ha llegado el tiempo de parar y dejar reposar la pesada cabeza en Su pecho amplio

y escuchar las palabras de Teresa de Ávila

Nunca pasa nada… ¿y si pasa, qué importa?

Y si importa… ¿qué pasa?

Si quieres puedes hacer un comentario sobre lo que acabas de leer. También puedes compartir esta entrada con tus amigos y familiares. Estás invitad@ a formar parte de este blog. Sólo tienes que darle a “seguir” y el propio blog te avisará de las novedades. También puedes leer entradas antiguas.

4 comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s