
Photo by Zach Lucero on Unsplash Texto: Susana Aragón Fernández
Querida Cira: ¿Qué tal estás? Acabo de volver a ver aquella pequeña película que grabamos en Burlada, “Cuando nos conocimos” y te veo actuando como hermana de la protagonista en las distintas escenas con Lalía, Iñaki y Gnagna. Costó un poco trabajar el tema del protagonismo con vosotras, siendo tan pequeñas, la verdad. Las tres erais candidatas y finalmente el papel cayó en Gnagna. Lalía y tú lo asumisteis con un pequeño fastidio inicial muy espontáneo, pero luego, como no se notaba tanto en el día a día de lo que íbamos haciendo, creo que en ningún momento os sentisteis relegadas y finalmente lo vivisteis como una auténtica aventura.
Una tarde, después de grabar algunas escenas en el parque cerca de donde vivía Iñaki, nos fuimos a merendar a una cafetería. Fue un momento muy bonito: vosotras tres, Aitor y yo. Cuando tuviste ocasión, durante el trayecto de acompañaros a casa y cuando las demás no te escuchaban me dijiste que para la próxima peli tú querías ser la protagonista. Y me preguntabas si te llamaría. Yo te sonreía y te decía que me encantaría, sin saber bien qué depararía el futuro.
Me llegaron noticias tuyas, Cira, diciendo que tu familia se había trasladado a Francia. Fíjate ¡qué curioso! Es lo mismo que sucedía en Cuando nos conocimos ¿te acuerdas? Vuestra familia de la ficción emigraba a Francia en busca de un futuro mejor. Así que te tocó vivir primero esa situación interpretándola y luego en la realidad.
Han pasado 6 años de aquello y espero que todo te vaya muy bien y que también esté muy bien tu familia. Yo te puedo contar que aquella experiencia del cortometraje del 2015 fue como la cima de una montaña, a la que asciendes después de muchos años, con mucho esfuerzo y muchas ganas y allá arriba descubres a la vez por un lado el éxito y la valoración y por otro, el fracaso y el desprecio. Para mí el éxito tuvo que ver con la alegría que sentimos quienes participamos (que fuimos muchos), la calidez que se creó, la valoración de compañeras de la salud, de la educación y demás. Y el fracaso fue la frialdad de mis compañeras de equipo y la valoración negativa del cortometraje. Ni un comentario positivo. Pero ¿cómo no les ha gustado nada?, me preguntaba una y otra vez. Pero si por muchos sitios me están llegando muy buenas impresiones… Pero si les he contado que han enviado el corto hasta África para que lo vean las familias de las niñas con tanta ilusión… Pero si… pero si… pero si nos llamamos “Red del buentrato a la infancia”. ¿Esto es un buentrato?
Hoy veo que aquella cima del éxito y del fracaso fue algo clave para dar un giro a mi vida. Allí empezó todo. En esas ilusiones pisoteadas, en esa incomprensión, en esas noches sin dormir dando vueltas y más vueltas sin entender. Allí empezó mi despedida. Y hoy, ya curadas las heridas, agradezco esa cima tan tan dolorosa que me llevó a buscar nuevos horizontes y estar donde hoy estoy.
Hoy he vuelto a esa cima, a reconocerla, a darle gracias y por ello, te escribo esta carta. ¡Ojalá tengas tu papel protagonista en alguna película, y sobre todo, ojalá tu mejor protagonismo sea el de tu propia vida, Cira!
Recibe un gran abrazo,
Susana
Si quieres puedes hacer un comentario sobre lo que acabas de leer. También puedes compartir esta entrada con tus amigos y familiares. Estás invitad@ a formar parte de este blog. Sólo tienes que darle a “seguir” y el propio blog te avisará de las novedades. También puedes leer entradas antiguas.