Lo que el sueño anuncia

Atardecer rosado desde L´Abadie Susana Aragón

Fotografía y texto: Susana Aragón Fernández

Los ojos cansados de los viejos labradores saben cuándo se aproxima una tormenta. Incluso la huelen y la sienten en su piel. Las parejas que ya llevan años de convivencia saben cuándo el otro está enfadado o animado, cuándo ella está triste o con ganas de reír, cuándo él tiene hambre, cuándo lo mejor es salir a dar una vuelta y cuándo lo mejor es no hacer nada.

Las plantas también nos avisan del cambio de las estaciones y ahora las pequeñas hojas que van saliendo nos anuncian la primavera y nos hablan de días largos y de calor.

Hay sueños que nos anuncian algo y son tan reales que llegan a despertarnos. En tu sueño muere tu padre. Es noche cerrada y en el sueño esa muerte te ha dado un aldabonazo. Aunque normalmente duermes profundamente y es muy y difícil que te despiertes, ya no puedes retomar el sueño.

Sabes que este sueño es un aviso de que tarde o temprano llegará ese momento. Este sueño llega para pedirte que no te descuides, para que no te duermas en los laureles. Para que no se te escurra la vida tontamente, con dedicaciones tontas, con preocupaciones tontas, con ilusiones tontas…

Este sueño te recuerda que hoy tienes a esa persona cerca y que no sabes por cuánto tiempo más la tendrás. Este sueño te pide que estés atenta, vigilante a lo que realmente importa. Te pide que tengas tiempo para esa persona, para que no dejes esa visita, esa oportunidad de compartir una comida, una excursión…  Te empuja a estar disponible para quienes hoy están contigo y no relegarlos a un segundo plano por priorizar otros intereses o por simple pereza. Porque la persona del sueño que muere puede ser tu padre, tu madre, tu hijo, tu marido, tu amiga…

Este sueño te habla de esas palabras que quedan por decir. Ese perdón que tarda en llegar. Esos momentos por compartir, esos paseos, esas confidencias, esas risas. Te habla de mirar la vida de esa persona intentando conocerla, comprenderla, llegar a mirarla con cariño aunque años atrás haya habido distancia, incomprensión y dolor. No es fácil. Intentas imaginar cómo la miraría Jesús de Nazaret, sin un atisbo de odio, rencor.. y quieres para ti su mirada buena. .

En tu móvil has escrito hoy una nota:

Que el excesivo afán profesional no me robe la calidez de alguien a quien quiero.
Que la excesiva vida social no me deje sin tiempo para quienes me necesitan.
Que el excesivo consumismo no aprisione ni tape lo esencial de cada día.
Que la excesiva preocupación por la salud no deje al margen la vida con los que me importan.
Que no me cree más necesidades que las necesarias.
Que no me ate a más compromisos que los que realmente quiera.

El sueño de esta noche te dice que ha llegado el tiempo de darle la mano, de mirarle a los ojos, de dejar de hablar y empezar a escuchar. Te dice que ha llegado el tiempo de dejar de hacer planes que ponen puertas al campo y que es momento de permitir que la vida sea un campo abierto por donde transitar, por donde jugar a dar volteretas, por donde recibir el aroma de la tierra y de las plantas. Ha llegado el tiempo de atreverse a perdonar.

Si te ha gustado lo que has visto o leído en esta entrada, si te ha animado a reflexionar sobre algo, si te ha recordado algo de tu vida, si te ha provocado una emoción… o simplemente te ha entretenido, puedes darle a “me gusta” o puedes escribir un comentario que hace mucha ilusión recibir. También puedes invitar a tus amigos, a tus amigas, a tus familiares… a seguir este blog si crees que les puede gustar. ¡Muchas gracias por estar ahí!

 

3 comentarios

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s